En un país como España, salvo en el norte, las oportunidades de pilotar bajo la lluvia, son cada vez más escasas, y deben ser aprovechadas. No es de extrañar, que en competiciones internacionales, cuando el líquido elemento hace acto de presencia, nuestros pilotos se encuentren con más dificultades que sus rivales de países con climas más húmedos.
La lluvia siempre ha sido uno de los factores que complican un fin de semana de carreras, desde la Fórmula 1 hasta todas las categorías sobre 4 ruedas: la capacidad de los pilotos para gestionar la situación nace, una vez más, en el karting. De hecho, entre las diversas habilidades preparatorias inherentes al karting, la de aprender a conducir en condiciones extremas, como cuando llueve, no debe subestimarse en absoluto. Cada carrera de Fórmula 1 en mojado lo confirma, ya que en estas condiciones la habilidad del piloto y la sensibilidad al volante pueden marcar la diferencia.
EN MOJADO NO ES FÁCIL
Hay muchos aspectos a considerar al conducir un kart bajo la lluvia, algunos de los cuales apuntan a facilitar la curva de aprendizaje, otros en cambio a hacer las cosas aún más difíciles. En este último sentido, basta pensar en el hecho de que el piloto del kart está completamente expuesto al agua, que viene tanto de arriba como... ¡de abajo! De hecho, el agua que levantan las ruedas de su vehículo y las de los demás es una parte constante del todo. A veces sucede (los que han competido bajo la lluvia probablemente lo puedan confirmar) que se levanta tanta agua que ya no puedes ver nada y ni siquiera puedes respirar. En la práctica, desde el karting, los pilotos han estado acostumbrados a muy malas condiciones, y de hecho, incluso cuando está perfectamente equipados con monos impermeables y similares, la situación para los conductores de karts se vuelve físicamente difícil y aún crea una dificultad adicional en comparación con la conducción en solitario. No es que esto último se vuelva menos exigente, al contrario: es necesario saber interpretar las condiciones de la superficie de la mejor manera posible, es decir, no solo evitando charcos o puntos de agua estancada, sino también la aspereza y el agarre de la superficie del asfalto, combinándolo todo con la creación de trayectorias realmente viables.

SABER ELEGIR LO MENOS MALO
i que decir tiene que con un mal agarre a la carretera no se pueden hacer cambios bruscos de trayectoria y por lo tanto muchas veces se trata de encontrar una situación de compromiso, elegir lo que te haga perder el menor tiempo posible en una curva que quizás te ofrezca tres posibilidades, todo con algo de negatividad. Por ejemplo, la trayectoria más suave al tomar una curva (que puede ser seguirla por el exterior) quizás al salir te lleve a un área donde ni siquiera puedes acelerar porque no hay agarre bajo la tracción, o donde hay un charco infame. En definitiva, las posibilidades son muchas y hay que entender y elegir la "menos mala" de todas. No solo eso: también debemos saber encontrar alternativas si estamos peleando con otro piloto y por lo tanto debemos buscar una solución que nos permita atacar o defendernos. En definitiva, no es nada fácil y muchas veces hay que improvisar en el momento, sabiendo adaptarse a unas condiciones que suelen variar durante el transcurso de la propia carrera (no necesariamente llueve constantemente). Por no hablar incluso de situaciones un poco extremas como cuando empiezas en una pista muy mojada, pero el sol sale a secar la pista durante la carrera, teniendo que cambiar constantemente de trayectoria de una vuelta a la siguiente. O cuando llueve después de que la carrera ya haya comenzado y necesitamos poder manejar los neumáticos lisos en mojado.

ESTRESANTE PERO ÚTIL
En definitiva, correr en un kart en mojado es una situación difícil que requiere mucho tanto desde el punto de vista deportivo (debido a las continuas correcciones) como desde el punto de vista mental (se necesita mucha concentración, reactividad y capacidad de análisis) . Afortunadamente, también hay un aspecto del asunto que "ayuda", especialmente las primeras veces que corres bajo la lluvia, y es que la velocidad más lenta a menudo te permite cometer errores sin demasiadas consecuencias. Quizá no en ciertas curvas rápidas, ya que si te sales de la pista sobre hierba mojada y muy resbaladiza, tienes la sensación de que nunca vas a parar y por tanto puedes chocar con bastante violencia. Sin embargo, en las curvas más lentas es posible hacer algunos "experimentos" para entender cómo funciona: cómo usar la dirección, cómo buscar la mejor línea, etc., a menudo logrando mantenerse en el asfalto incluso cuando el kart se pone fuera de alcance. Al fin y al cabo, una parte importante de las enseñanzas que ofrece el karting es también la de poder cometer errores sin demasiado daño, ¿no? Esta es una consideración que es válida en todas las situaciones relacionadas con el karting con respecto a todos los deportes de motor, después de todo, y debe reiterarse: es mejor cometer errores - y por lo tanto aprender a no cometerlos - cuando estás aún corriendo en un kart, que cuando ya estás en automovilismo. Porque como muestran los episodios de Fórmula 1, cuando "pierdes" un monoplaza en mojado, las velocidades, los efectos (y los costes :) son muy diferentes...