El legado de Jaime Ampurdanés

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Hace un mes nos dejaba uno de los más grandes pilotos que haya dado el karting español en su historia. Lo recordamos viajando en el tiempo, con las palabras de su mujer Marisa Parés y su hijo Jaime, y las fotos cedidas por su hija Noemí.


Desde Vroom hemos recordado en más de una ocasión, la importancia de conocer el pasado de nuestro karting, no solo por la perspectiva más amplia que del mismo nos da en el presente, sino también como reconocimiento a quienes escribieron las primeras páginas de nuestro deporte.

Jaime Ampurdanés Juan, fallecido el pasado 16 de diciembre, a los 78 años de edad, quizás sea un desconocido para la gran mayoría de jóvenes pilotos de karting en la actualidad, pero fue en opinión de muchos, el mejor piloto de su generación en España, conquistando toda una década, la de los 70, periodo en el que logró numerosas victorias y campeonatos nacionales.

Conviene recordar por enésima vez, que en nuestro país entonces, el karting era algo minoritario y mucho más desconocido si lo comparamos con la actualidad, y también con otros países de Europa en aquellos años. Tampoco existían, ni mucho menos, los circuitos o infraestructura para su práctica como sí ocurre hoy día, y los pilotos conducían sus karts allí donde podían, no siendo Ampurdanés en ese sentido una excepción, tal y como recuerda su hijo, aunque no dejó que eso frenara su motivación, sino todo lo contrario, "cuando mi padre empezó no había circuitos, montó él uno para poder entrenar en Viladecans, e invitaba a otros pilotos para que pudieran entrenar también". 

Era el final de la década de los 60, y en esa pista improvisada en Viladecans, se podría decir que nació el karting de alquiler en España, cuando Jaime Ampurdanés comenzó a alquilar su propio kart...a turistas. Lo recuerda su mujer Marisa: "frente a la pista donde entrenaba, había un par de campings, donde veraneaban muchos alemanes, que al verle rodar en el kart, le pedían que les dejara llevarlo. Él les decía que no, que era para entrenar él, pero los alemanes insistían diciendo que le daban dinero a cambio de dar unas vueltas, y ahí fue cuando mi marido vio que una pista con karts de alquiler, podría ser un negocio". Esos fueron los orígenes del karting de alquiler en España, lejos de la escena con una flota de karts como alguien podría pensar,"empezó con uno solo, el suyo propio, los turistas hacían cola para esperar su turno y montar", añade su hijo.

Más allá de la faceta emprendedora en torno al karting, la verdadera pasión de Jaime eran las carreras, que pronto aparecerían en su vida, con victorias "Su primera carrera fue en el Campeonato de España, en Mataró, en el año 1970. Supo que se hacía esa carrera allí, fue, y la ganó", recuerda Marisa. Ese sería el inicio de la trayectoria triunfal que esperaba al piloto catalán, quien hasta 1979, sumó numerosos títulos de Campeón de España, no solo en 100cc, sino también en 250cc, "fue Campeón de España de karting nueve veces, un récord que nadie ha logrado igualar", afirma Jaime.

En los inicios, Ampurdanés compitió con material de diferentes marcas. En los primeros años de las españolas Arisco y MTK, también Montesa para los propulsores de 250cc, hasta que él mismo pasó a importar los chasis Birel y motores Parilla (100cc) de Italia. Siempre a su lado en las carreras, en la memoria de Marisa permanecen con nitidez los sucesos de aquellos primeros años, "en el año 1970 o 1971, consiguió traer karts completos, con chasis Birel modelo Setti y motor Parilla TG14, a precio reducido, para ayudar a los que querían iniciarse en karting. En aquellos años fue cuando se empezaron a usar los motores Parilla en las carreras en España que importaba mi marido, con ellos corrieron pilotos como Pepe Bisquert, Alfonso García Galán, Enric Pagés, los pilotos de Ortiz. Después llegaron más marcas".

Pese a todo, el karting en España seguía sin experimentar la expansión que gozaba en otros países del continente europeo, y la mayoría de nuestros pilotos, corrían con medios limitados en comparación con sus rivales cuando decidían aventurarse a competir en pruebas internacionales. "En aquella época los españoles no pintaban nada fuera, no tenían medios para ganar", lamenta Marisa. Aun así, Jaime Ampurdanés, compitió fuera de nuestras fronteras, en el Campeonato de mundo de Paul Ricard en 1975, y también en el disputado en 1974 en Estoril (Portugal) un año antes, donde compartió pista con Ayrton Senna.

En la memoria de aquellos años en las carreras de su padre, Jaime recuerda una anécdota que ayuda a comprender los medios con los que entonces se corría, "no había neumáticos de lluvia, nosotros conseguimos una máquina que hacía el dibujo sobre el neumático slick, la trajo de Italia el mecánico de mi padre, hubo una carrera en el Jarama en la que todos los pilotos la usaron para poder correr".

Un hecho que nos hace reflexionar también sobre el compañerismo en la competición, y nos acerca a la personalidad de Ampurdanés en relación a la misma, que su mujer Marisa conocía bien. "Hubo una carrera del campeonato de España en la que la fábrica trajo cinco motores y cinco chasis para los pilotos del equipo, mi marido pidió al resto de pilotos que eligieran el suyo, y el último que quedó, fue para él". Otros tiempos, otro karting. "En aquella época a la hora de correr todos competían, pero después de las carreras eran amigos. La gente se juntaba donde se organizaban las pruebas, se hacían comidas con la familia, era una época bonita". Jaime hijo también destaca de aquella época "el compañerismo y la amistad. Se podían pasar por encima en la carrera, pero luego se iban juntos a cenar, se dejaban material entre ellos, si a uno se le paraba el kart, se empujaban y ayudaban para arrancarlo".
Campeonato de España 1974, Karting La Cala, Benidorm. Foto cedida por Alfonso García Galán.
Entre la diferencias con el karting de la época, no hay que obviar la relacionada con la seguridad, no solo en la equipación y protecciones de los pilotos, también en los propios karts, además de los circuitos, mayormente urbanos, donde se realizaban las carreras, algo a lo que Ampurdanés no fue ajeno, como nos recuerda su hijo: "La primera asociación de pilotos la hizo mi padre. En una carrera había un muro peligroso, fueron al responsable del circuito para decir que en esas condiciones no corrían, y al final no se corrió. Fue en el Jarama".

Tras la conclusión de la temporada 1979, algo desanimado por cuestiones extradeportivas, Ampurdanés decidió colgar el casco y nunca más volvió a subirse a un kart para competir, pese a que, como recalca su hijo "lo llevaba en la sangre, hubiera corrido siempre".

Terminaba entonces una de las trayectorias más exitosas de nuestro deporte, dejando su protagonista, una huella en la historia del karting español, merecedora de mantenerse viva en nuestra memoria, pese a que el propio Jaime Ampurdanés, como nos hace pensar Marisa Pares, no fuera quizás consciente de la misma. "Mi marido no buscó notoriedad, no le dió importancia a sus victorias, no le gustaba presumir de ellas, el triunfo simplemente formaba parte de su vida".

J. Omedas

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