Tras abordar en nuestro artículo precedente en qué consiste la lesión más común para el piloto de karting, abordamos ahora, qué hacer para evitarla o tratarla una vez que la sufrimos.
Como abordamos en entrega anterior (LEER PRIMERA PARTE), el diagnóstico más habitual ante el clásico dolor de costillas del piloto de karting, varía de los pequeños traumatismos, que podrían afectar a los tejidos nerviosos y ligamentos intercostales, en los casos más leves, hasta una periostitis o inflamación del periostio de las costillas, el tejido fibroso o membrana que une los músculos a los huesos del costado, en los casos más graves.
Para casos más severos como el último mencionado, es importante señalar la importancia de acudir a nuestro médico, para que sea él quien nos confirme la lesión e indique el tratamiento a seguir, por lo general, con antiinflamatorios y en casos extremos, infiltraciones. Para los casos más leves, los geles y pomadas antiinflamatorias también pueden ser de gran ayuda, a la hora de aliviar el dolor y combatir la inflamación.
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En cualquier caso, el reposo será determinante en nuestra recuperación. Por ello, si no tenemos una competición, es importante contener las ganas de rodar, hasta estar mínimamente recuperados, ya que saltarnos un fin de semana de kart (o varios), puede evitar que nos veamos obligados a perder muchos más después.
Prevenir antes que curar
Para minimizar las posibilidades de sufrir esta lesión o que no vaya a más en caso de sufrirla, es importante actuar tanto en nuestro físico, como en nuestro kart. En lo que se refiere a nuestra preparación, es necesario que toda la zona se habitúe de forma progresiva a ese stress, adquiriendo la suficiente resistencia. Para ello, deberemos realizar ejercicios que refuercen toda la musculatura de la zona costal, además de acumular vueltas subido a nuestro kart. Máxime si comenzamos a sentir alguna molestia, será necesario comenzar las tandas de forma progresiva, de manera que la presión que reciben las costillas, se haga de manera gradual, antes de rodar a nuestro máximo ritmo.
Asiento
El asiento es otro factor de suma importancia, ya que uno que no se adapte correctamente a nuestro cuerpo, o sea de talla equivocada, puede ser causa de molestias en la zona costal, o agravar el problema una vez que aparece. También deberemos observar que los tornillos a través de los cuales se fija el asiento al chasis, estén protegidos adecuadamente con los pernos planos, suavizando su relieve, así como los que fijen las piezas de lastre, en caso de llevarla en esa zona del asiento.

Protección adicional
Adicionalmente, con el fin de limitar los impactos, podemos "acolchar" nuestro asiento en la zona donde nuestras costillas ejercen más presión sobre éste, con láminas adhesivas de polietileno, expresamente fabricadas para este propósito, que se adaptan a la forma y curvatura de nuestro asiento. También podemos fabricarlas nosotros mismos cortando láminas a partir de esterillas fitness y adherirlas con cinta americana. Es importante que estas queden bien fijadas y sean del grosor adecuado, sin olvidar que las sensaciones y reacciones del kart, el piloto las recibe principalmente a través del asiento, por lo que un excesivo "confort" es desaconsejable,

Costillar
Sin duda, es el elemento más importante a la hora de protegernos contra esta lesión y evitarla. Los costillares o protectores de costillas, han evolucionado desde los primeros modelos básicos de hace años, hasta los modernos de hoy, más cómodos, resistentes y eficaces. Existe una gran variedad de modelos con diferentes precios en el mercado, siendo importante, como ocurre en el caso del asiento, que se adapte bien a nuestra fisionomía y lo adquiramos de la talla correcta, siendo la postura de sentado en el asiento, la ideal para probarlo, ya que es ésta y no no de pie, en la que lo utilizaremos como elemento de protección.