Piloto a los 78 años: cuando la pasión por el kart no tiene edad

- Stories
Amando Solla tiene 78 años y tuvo que esperar a los 67 para tener su primer kart. Desde entonces, acude los fines de semana al circuito como un aficionado más, a disfrutar de su pasión. También como un aficionado más, se ha visto obligado a aparcar su kart por la pandemia del covid-19, y espera con resignación el momento de volver a ponerse el casco y salir de nuevo a pista.


Amando Solla (Pontevedra 1941) lleva media vida en Canarias, a donde llegó en agosto 1980 de después de vivir en lugares como Madrid, donde montó por primera vez en un kart, en el año 1971, como él mismo cuenta "en aquella época, se podían alquilar y probar algunos karts en la casa de campo, y fue donde pude conducir uno por primera vez, tenía entonces 30 años".

Aquella fue solo una experiencia fugaz, por motivos de trabajo, Amando fue destinado al continente africano, en Mauritania, donde vivió antes de recalar en la isla canaria de Fuerteventura, en los años 80, lugar donde aún reside hoy día. Si bien en la península entonces el karting gozaba ya de cierta presencia, la situación era diferente en la isla "aquí aún no había llegado, no había nada".

Amando tendría por tanto que esperar aún algunos años, para poder ser uno de tantos aficionados con kart propio, que acude los fines de semana al circuito, a disfrutar de su afición "fue hace unos once años cuando me compré mi primer kart, a los 67 años". Aunque unos meses antes, en el taller donde desarrollaba su profesión, él mismo construyó un kart, con la idea de que su nieto también lo probase "primero me construí uno propio, con un motor de 100cc de aire, luego ya me compré varios en los años siguientes, un Birel, un Tonykart y un CRG, todos con motor KZ2, y después un CRG Rotax DD2, que es con el que ruedo actualmente, aquí en el Gran Karting Fuerteventura".

El sábado, suele ser el día elegido para ir al circuito, donde Amando y una decena de amigos, se juntan en la pista "suelo dar tandas de 10-12 vueltas como el resto, que tienen de 30 años para arriba. En el grupo también está mi hijo, que tiene 50, mientras que el segundo por edad después de mí, tendrá unos 64 años. Cuando paro suele ser por el cuello, es lo que se me resiente, si no fuera por eso, podría rodar más tiempo".

Amando sin embargo, no se limita a dar vueltas a ritmo pausado "los más rápidos me pueden sacar un segundo y medio o así. Si el tiempo por vuelta suele estar, dependiendo del día, entre 45 y 46 segundos, yo hago 47 o 48 bajos". De hecho lo que más disfruta del karting es la velocidad "a veces vamos a Lanzarote, a una pista con una recta más larga, donde podemos alcanzar mayor velocidad punta, y es cuando más disfruto del kart, por la sensación de velocidad que te da, al ir tan cerca del suelo".

El caso de nuestro protagonista casi octogenario es excepcional, ayudado como él mismo dice por una buena genética, pero también por un estilo de vida activo y saludable "tengo buena genética y me mantengo activo. Vivo en una urbanización con mucho espacio alrededor, a 500 metros del mar, aquí no hay industria ni contaminación. Salgo con mi pastor alemán a correr, unos 2-3 kilómetros diarios, aunque ahora con la orden de confinamiento, solo a pasearlo un rato".
Esperemos que pronto pueda volver a salir correr, y a por su puesto, a pilotar su kart.

José Omedas - Vroom Spain

Newsletter

Stay tuned!
Inscríbete a nuestras newsletters
Follow Us on Facebook