Técnica - El filtro de aire

- Garaje
Se trata de un componente importante de nuestro kart, aunque muy a menudo pase desapercibido.


A primera vista, un filtro de aire puede parece un simple accesorio de nuestro kart, pero en realidad se trata de un elemento complejo, construido para lograr el mayor rendimiento posible, que debe poder adaptarse a muchos motores diferentes y pasar al mismo tiempo, las rigurosas pruebas de filtrado y ruido impuestas por la CIK-FIA.
 
Es decir, mediante el estudio exhaustivo del diseño de todos los componentes que forman este elemento (grados de inclinación, longitud, materiales...etc) como de la composición de los paneles de insonorización, los fabricantes tienen que lograr el difícil equilibrio entre prestación y ruido, aumentando lo primero y reduciendo lo último.
 
Recordamos que a pesar de significar un pequeño freno para el aire, el filtro ofrece una serie de ventajas importantes a tener en cuenta, ya sea sólo por el hecho de introducir aire limpio dentro del motor (y evitar la suciedad que podría causar daños irreparables). A nivel técnico, el primer objetivo básico a la hora de diseñar un filtro de aire sería transformar el elemento filtrante de "pasivo" a "activo", factor que condicionará la carburación y entrega de potencia en diferentes regímenes, y por lo tanto, el rendimiento del motor. 
 
Técnicamente, se trata de un "juego" de volúmenes entre la parte superior y la parte inferior de la estructura interna de la "caja" del filtro. Las dos cámaras relacionadas entre si, funcionan como una bomba que maximiza el flujo de aire en circulación. La relación entre los volúmenes de las dos cámaras es fundamental para contar con un suministro correcto de aire.
 
Respecto a los materiales, la caja del filtro está fabricada generalmente con un compuesto de poliamida, resistente hasta 240°C, lo que garantiza la estabilidad dimensional a lo largo del año en muy diferentes condiciones climáticas, permitiendo además una eficaz adhesión del elemento filtrante. La tela del filtro es un material altamente técnico y costoso: la base es de poliéster, pero su característica principal no visible a simple vista, es la superficie cubierta de pelos microscópicos, con carga electrostática, que logra retener las partículas más pequeñas antes de que estas ocluyan los micro-orificios de filtrado. 
 
Por lo que respecta al filtrado de polvo, los fabricantes actuales pueden alcanzar hasta una capacidad del 95% (el mínimo por reglamentación es del 85%). Acercarse más al 100% no representaría un problema de producción, pero sería inútil al resultar perjudicial para el paso de aire.
 
El peso total del elemento en conjunto apenas llega al kilo (sin contar las opcionales fijaciones y/o tapas para la lluvia) que se ofrece con una gran variedad de colores y combinación de los mismos, tanto para la caja del filtro como para los tubos de admisión o toberas. Estas últimas suelen ser negras o cromadas (de 30mm o 23mm en función de si se usan para motores con o sin cambio) montadas sobre el filtro de color plata, azul, blanco, rojo o negro principalmente. 

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